"Cuando era chica veía hipnotizada a mi abuela tejer. Me intrigaba el movimiento que hacía con las agujas. Un día, después de mirarla tanto, le pedí que me enseñara y lo hizo. Pasaba horas intentando hacer algo que se pareciera a un tejido. Con la práctica fui mejorando y hasta tuve mis propias agujas. Pero lo que más recuerdo es el afán de mi abuela por enseñarme y lo lindo que la pasábamos juntas. Esa práctica nos unía, como un tejido invisible que nos envolvía a las dos.
El tejido puede ser un pasatiempo, un hobby, un trabajo, una expresión artística o un momento de distensión que sirva como terapia. Y es que esta práctica promueve la concentración y la relajación gracias a la repetición automática de los movimientos. Además, sin importar cual sea el fin de la creación, una vez que los trabajos están terminados, se genera una sensación de felicidad. Gracias a estas propiedades que se ha descubierto al arte de tejer es que esta vieja tradición que parecía olvidada se está recuperando. En esta tarea de recuperar el tejido, participa un grupo de mujeres que se reúne desde hace unos meses justamente a tejer. Para ellas esta práctica tiene un gran valor artístico.
Esta idea tiene su origen dentro de otro emprendimiento que nació en 2002..."
Para leer entero el artículo escrito por Yisela Moreira entrá a:
http://www.arrobamujer.com/articulo/42/El-tejido-que-nos-une/
* Gracias a todos los que desde su lugar se siguen acercando para promover esta iniciativa.
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